viernes, 26 de diciembre de 2008
Memorias del Ilustre Dr. I. Lustre (II): Sobre las épicas guerras animales y de como la raza humana puso paz
Llegado el gran día encontré dos calcetines antiguos que habían sido perdidos en los diez últimos minutos, por desgracia no eran parejos por lo que procedí al procedimiento procedido habitual, pero eso... eso también es otra historia.
El caso es que era todo lo contrario al verano, el césped crecía libre y blanco por todos los tejados mientras gallinas gallos y sus congéneres trataban de recordar la forma que antaño tenían de empujar el suelo hacia abajo hasta lograr un descenso considerable de la valla del complejo hotelero en el que tan a gusto eran hacinadas. Mientras tanto corderos y cochinillos apostaban a la subasta en una partida de proporciones épicas, pues solo una especie podía ganar, solo una especie podía alcanzar la gloria para verse coronada como plato principal mientras el perdedor deshonrado acabaría siendo un segundo plato, una hamburguesa o lo que es mucho mas extraño acabaría muriendo de muerte natural sin asesinato de por medio para deshonra de toda su especie. Por suerte, aunque aun no lo supieran, este año sería especial pues la augusta raza humana en su voraz crecimiento intelectual y moral había encontrado la solución a esta antigua batalla, y así fue y desde entonces en estas fechas hasta el más esmirriado de los corderos, cochinillos y pollos (salpimentados o no) ha sido devorado para honor y orgullo de toda su especie, o eso es lo que dicen sus traductores.
(CONTINUARA)
lunes, 22 de diciembre de 2008
¿Recuerdos imaginarios o con imaginación?
Mira por la ventana, que hoy te voy a regalar
la realidad envuelta con fino papel de cristal.
Mira como bailan las nubes nadando sobre el mar
y como caen las montañas sobre el cielo insustancial.
Ayer vi volar a un conejo, hoy me habló un caimán,
yo ya todo me lo creo, ¡todo! he visto a un diablo llorar.
Pero no recuerdo como viajaban las hondas
de mi pecho al explotar como un volcán,
ni como sonaban mis versos en tus orejas,
ni el sabor de tu cerebro en mi paladar.
domingo, 21 de diciembre de 2008
¡Ey que pey!
Bueno todo esto os lo cuento un poco para hacer acto de presencia (y para que no os tiréis de los pelos después de entrar todos los días buscando material nuevo) y voy a aprovechar para haceros una preguntilla para ver si me aclaro un poco el caos mental del que os hablaba y para que penséis también vosotros, podemos hacer debate.
Cuando en un análisis sobre uno mismo (cosa que todo el mundo debería de hacer de vez en cuando) te encuentras con que hay muchas cosas que no te convencen o que directamente no te gustan ¿Que se debe hacer? ¿Asumirlo y buscar la forma de que forme parte de ti de buenas maneras? ¿o se debe cortar y cambiar esas cosas?.
Realmente nunca me han gustado los extremos pero no quiero hacer una pregunta kilométrica, miradlo como queráis, desde un extremo hasta una mezcla de ambos, vamos para que me entendáis, que busco ideas y el intercambio de las mismas y no respuestas.
Chauu
domingo, 14 de diciembre de 2008
Todos vamos a morir
-(Nishijima) Una persona que piensa mucho es tensa y tiende a ser idealista. Por el contrario, una que se centra en sus sensaciones corporales suele ser más relajada y hedonista. Al unificar nuestro cuerpo y mente nos equilibramos; ni muy tensos ni muy relajados. Al estar en armonía podemos aprehender la brisa del momento presente. Pero éste es efímero, instantáneo. No podemos ni pensar sobre él ni sentirlo.
¿Qué hacemos entonces? Actuamos. Nuestras vidas, por lo tanto, son una serie de acciones y en el budismo Zen reconocemos las acciones puras, donde mente y cuerpo han recobrado su unión.
(...)
-(Entrevistador) En todos estos años de experiencia, ¿son muchas las personas que han experimentado este golpe con la realidad?
-(Nishijima) No. El hecho que ocurra es una bendición. La mayoría de las personas, no sólo aquí en Japón, sino que también creo en tu país, vive como si estuvieran anestesiadas. La vida les pasa por encima y no se enteran de ello. Todos vamos a morir, pero son contados los que sienten la urgencia por vivir.
No hay nada que decir
viernes, 12 de diciembre de 2008
Buscando una pregunta
¿Como he podido ser tan tonto, como para buscar respuestas a una pregunta que no conozco?
La busqueda comienza de nuevo