Cuando el amor llame a tu puerta, saca corriendo tu escopeta.
Cuando sientas su llegada cárgala y grita que no dudaras en disparar.
Si se envalentona y llega hasta ti, no huyas, mejor apunta y en cuanto de un solo paso ¡DISPARA!
Pues no hay mejor solución para los problemas imaginarios
que una escopeta cargada disparando y un corazón esparcido por la pared.
Yo, mientras sigáis con vuestra ensoñación os seguiré queriendo con todo mi cerebro, pues voy a dejar que mi corazón haga lo que tiene que hacer, bombear sangre y no amor.
Un besito de plomo corazones.
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