XXXV¡No me admiró tu olvido! Aunque, de un día
Me admiró tu cariño mucho más;
Por que lo que hay en mí que vale algo
Eso... ni lo pudiste sospechar.
XLI
Tú eras el huracán y yo la alta
torre que desafía su poder.
¡Tenías que estrellarte o abatirme...!
¡No pudo ser!
Tú eras el océano; y yo la enhiesta
roca que firme aguanta su vaivén.
¡Tenias que romperte o arrancarme...!
¡No pudo ser!
Hermosa tú, yo altivo, acostumbrados
uno a arrollar, el otro a no ceder;
la senda estrecha, inevitable el choque...
¡No pudo ser!
XLIIIDejé la luz a un lado, y en el borde
de la revuelta cama me senté,
mudo, sombrío, la pupila inmóvil
clavada en la pared.
¿Que tiempo estuve así? No sé; al dejarme
la embriaguez horrible dolor,
expiraba la luz y en mis balcones
reía el sol.
No sé tampoco en tan terrible horas
en qué pensaba o qué pasó por mí:
sólo recuerdo que lloré y maldije,
y que en aquella noche envejecí.
1 comentario:
¡¡El 41 lo he pillao!! que me estará pasando?? oh mierda!! XD
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